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SANTIAGO, Chile
Somos un matrimonio católico chileno, compuesto por Juan Rajs Grzebien, Corredor de Propiedades y Helicicultor y Nina Mónica Ramírez Donders, Profesora de Religión y Moral, Habilitada en Filosofía y Educadora de Párvulos, nuestra intención es promover la Doctrina y Cultura Católicas. Para mí, Juan Rajs, mi mayor orgullo y mi gran inspiración es Ninita, mi esposa, mi Dulce y Tierno regalito de Jesús como yo la llamo, no ceso de alabar a Dios por habermela concedido desde la eternidad, para amarla, respetarla y cuidarla siempre.

sábado, 29 de diciembre de 2012

SALUDO NAVIDEÑO 2012



A todos nuestros hermanos, amigos y lectores en general, debemos pedirles las disculpas correspondientes por un saludo navideño tan atrasado, nuestro problema se debe a nuestros computadores, estos eligieron el peor momento para fallar, de hecho sólo hemos logrado reparar uno, en cambio el que siempre usábamos para las publicaciones al parecer ha tocado a su fin, lo cual nos ha dificultado enormemente poder seguir con nuestro trabajo en este blog.

Esperamos su comprensión y a la vez les solicitamos encarecidamente oraciones por nuestras intenciones.

Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.




miércoles, 19 de diciembre de 2012

EVANGELIO DEL DOMINGO

IVº DOMINGO DE ADVIENTO



“VENGO, PARA HACER TU VOLUNTAD”.

DOMINGO 23 de DICIEMBRE DE 2012

PRIMERA LECTURA.

TOMADA DE LA PROFECÍA DE
MIQUEAS 5, 1-4a
Así habla el Señor:
Y tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti me nacerá el que debe gobernar a Israel: sus orígenes se remontan al pasado, a un tiempo inmemorial. Por eso, el Señor los abandonará hasta el momento en que dé a luz la que debe ser madre; entonces el resto de sus hermanos volverá junto a los israelitas. Él se mantendrá de pie y los apacentará con la fuerza del Señor, con la majestad del nombre del Señor, su Dios. Ellos habitarán tranquilos, porque Él será grande hasta los confines de la tierra. ¡Y Él mismo será la paz!
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
80 (79), 2-3. 15-16. 18-19

R.:
RESTÁURANOS,
SEÑOR DEL UNIVERSO

Escucha, Pastor de Israel,
tú que guías a José como a un rebaño;
tú que tienes el trono sobre los querubines,
resplandece, reafirma tu poder
y ven a salvarnos  R.:


Vuélvete, Señor de los ejércitos,
observa desde el cielo y mira:
 ven a visitar tu vid,
la cepa que plantó tu mano,
el retoño que tú hiciste vigoroso  R.:

Que tu mano sostenga al que está a tu derecha,
al hombre que tú fortaleciste,
y nunca nos apartaremos de ti:
devuélvenos la vida e invocaremos tu Nombre  R.:

SEGUNDA LECTURA.

TOMADA DE LA CARTA A LOS
HEBREOS 10, 5-10

Hermanos:

Por eso, Cristo, al entrar en el mundo, dijo: Tú no has querido sacrificio ni oblación; en cambio, me has dado un cuerpo. No has mirado con agrado los holocaustos ni los sacrificios expiatorios. Entonces dije: Aquí estoy, Yo vengo -como está escrito de mí en el libro de la Ley- para hacer, Dios, tu voluntad. Él comienza diciendo: Tú no has querido ni has mirado con agrado los sacrificios, los holocaustos, ni los sacrificios expiatorios, a pesar de que están prescritos por la Ley. Y luego añade: Aquí estoy, Yo vengo para hacer tu voluntad. Así declara abolido el primer régimen para establecer el segundo. Y en virtud de esta voluntad quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha de una vez para siempre.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

¡ALELUYA!

Yo soy la servidora del Señor; hágase en mí según tu palabra
(Lc 1, 38).


¡ALELUYA!

EVANGELIO.

EVANGELIO DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN LUCAS 1, 39-45

Durante su embarazo, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: “¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”.

Palabra de Dios.
¡Gloria y honor a Ti, Señor Jesús!

SANTA MARIA DE LA FE,
DE LA ESPERANZA
Y DE LA CARIDAD.

Un mensaje lleno de esperanza

El profeta Miqueas denuncia en su libro las injusticias y corrupciones de los ricos acaparadores, de los comerciantes fraudulentos, de los sacerdotes y profetas codiciosos... y anuncia un juicio de Dios contra su pueblo. Pero también hay un aspecto positivo en su mensaje: el castigo se transforma en llamada a la conversión. El profeta mantiene la esperanza en la salvación de un “resto” y anuncia el establecimiento de la dinastía de David. Este es el mensaje gozoso de la primera lectura de este cuarto domingo de Adviento: nacerá en Belén un sucesor de David. Mateo refiere este texto expresamente al nacimiento de Jesús en Belén. El reino mesiánico no es simplemente continuación o restauración del reino de David, sino la revelación del misterio de Dios y del último sentido de toda la historia. Dios está a favor del hombre y dispuesto a instaurar la paz en el mundo. Un mensaje lleno de esperanza en medio de la desesperanza en la que vivimos.

Nuestra confianza está en Dios

En el Salmo se hace una súplica a Dios de salvación. Para que el rostro del Señor brille nuevamente, es necesario que Israel se convierta, con la fidelidad y la oración, volviendo a Dios salvador. Es lo que el salmista expresa, al afirmar: “No nos alejaremos de ti”. Así pues, el salmo 79 es un canto marcado fuertemente por el sufrimiento, pero también por una confianza inquebrantable. Dios siempre está dispuesto a “volver” hacia su pueblo, pero es necesario que también su pueblo “vuelva” a Él con la fidelidad. Lo único que pide Dios es que estemos dispuestos a hacer su voluntad, que es nuestro bien y nuestra paz. Si nosotros nos convertimos del pecado, el Señor se “convertirá” de su intención de castigar: esta es la convicción del salmista, que encuentra eco también en nuestro corazón, abriéndolo a la esperanza. 

Dispuesta a compartir y a servir

María se puso en camino, y con buena marcha, al encuentro de Isabel, No iba a comprobar las señales anunciadas. Ni mucho menos para contar su experiencia extraordinaria movida por la vanidad. Iba para estas tres cosas: para felicitar, para compartir y para servir. Iba, como se ve, movida solamente por el amor. Por eso tiene prisas, porque el amor es fuerza quemante. La Virgen de la Visitación es la Virgen de la Fe, la Esperanza y la Caridad. Isabel llama dichosa a María porque ha creído y no solo porque es la Madre del Señor. Más tarde, Jesús, respondiendo a una mujer que bendice a su madre por haberlo llevado en sus extrañas, dirá que la verdadera dicha consiste en creer en la palabra de Dios y en practicarla. En otra ocasión afirmará que su madre y sus hermanos son todos los que creen en el evangelio que predica. Isabel ha reconocido en el hijo de María a “su Señor”. Por eso llama a María la más bendita entre todas las mujeres. Si cualquier hijo es una bendición de Dios para su madre, mucho más lo será aquel hijo que es bendito delante de Dios y por quien han sido bendecidos todos los hijos de mujer. En lenguaje bíblico se llama “visita” de Dios a su pueblo a la acción salvadora de Dios, a la intervención de Dios en beneficio de su pueblo. Dios, que ha visitado a su pueblo por medio de profetas, ahora lo visita definitivamente por medio de su propio Hijo.

Padre José Mª Martín, OSA
                   España
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Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.

jueves, 13 de diciembre de 2012

EVANGELIO DEL DOMINGO

IIIº DOMINGO DE ADVIENTO

 
“ALÉGRATE, EL SEÑOR ESTÁ EN MEDIO DE TI”.

DOMINGO 16 de DICIEMBRE DE 2012

PRIMERA LECTURA.

TOMADA DEL LIBRO DE
SOFONÍAS 3, 14-18a
¡Grita de alegría, hija de Sión! ¡Aclama, Israel! ¡Alégrate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén! El Señor ha retirado las sentencias que pesaban sobre ti y ha expulsado a tus enemigos. El Rey de Israel, el Señor, está en medio de ti: ya no temerás ningún mal. Aquel día, se dirá a Jerusalén: ¡No temas, Sión, que no desfallezcan tus manos! ¡El Señor, tu Dios, está en medio de ti, es un guerrero victorioso! Él exulta de alegría a causa de ti, te renueva con su amor y lanza por ti gritos de alegría, como en los días de fiesta.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
TOMADO DEL LIBRO DE
ISAÍAS 12, 2-6

R.: ¡ACLAMEMOS AL SEÑOR
CON ALEGRÍA

Este es el Dios de mi salvación:
yo tengo confianza y no temo,
porque el Señor es mi fuerza y mi protección;
Él fue mi salvación  R.:

Ustedes sacarán agua con alegría
 de las fuentes de la salvación.
Den gracias al Señor,
invoquen su Nombre,
anuncien entre los pueblos sus proezas,
proclamen qué sublime es su Nombre  R.:

Canten al Señor
porque ha hecho algo grandioso:
¡que sea conocido en toda la tierra!
¡Aclama y grita de alegría, habitante de Sión,
porque es grande en medio de ti el Santo de Israel!  R.:


SEGUNDA LECTURA.

TOMADA DE LA CARTA DEL
APÓSTOL SAN PABLO A LOS
CRISTIANOS DE FILIPOS 4, 4-7

Hermanos:

Alégrense siempre en el Señor. Vuelvo a insistir, alégrense. Que la bondad de ustedes sea conocida por todos los hombres. El Señor está cerca. No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios. Entonces la paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar, tomará bajo su cuidado los corazones y los pensamientos de ustedes en Cristo Jesús.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

¡ALELUYA!

El Espíritu del Señor está sobre mí; Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres
(Is 61,1).

¡ALELUYA!

EVANGELIO.

EVANGELIO DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN LUCAS 3, 2a-3. 10-18

Dios dirigió su palabra a Juan, hijo de Zacarías, que estaba en el desierto. Este comenzó entonces a recorrer toda la región del río Jordán, anunciando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. La gente le preguntaba: “¿Qué debemos hacer entonces?” Él les respondía: “El que tenga dos túnicas, dé una al que no tiene; y el que tenga qué comer, haga otro tanto”. Algunos publícanos vinieron también a hacerse bautizar y le preguntaron: “Maestro, ¿qué debemos hacer?” Él les respondió: “No exijan más de lo estipulado”. A su vez, unos soldados le preguntaron: “Y nosotros, ¿qué debemos hacer?” Juan les respondió: “No extorsionen a nadie, no hagan falsas denuncias y conténtense con su sueldo”. Como el pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan no sería el Mesías, él tomó la palabra y les dijo a todos: “Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; Él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego. Tiene en su mano la horquilla para limpiar su era y recoger el trigo en su granero. Pero consumirá la paja en el fuego inextinguible”. Y por medio de muchas otras exhortaciones anunciaba al pueblo la Buena Noticia.
Palabra de Dios.
¡Gloria y honor a Ti, Señor Jesús!

JUAN NOS LLAMA A UNA SINCERA CONVERSIÓN.

Alégrate y gózate de todo corazón.
 
Es el domingo de la alegría. El Señor, proclama el profeta Sofonías, librará a Jerusalén del acoso de todos sus enemigos No habrá nada que temer, pues el perdón de Dios extirpará de raíz todos los males y cancelará todas las condenas que pesaban sobre su pueblo. El amor del Señor hará maravillas en su pueblo, tanto que El mismo saltará de júbilo y se complacerá en su propia obra. Sofonías describe el amor y la alegría que tocan incluso al corazón de Dios: Él también se alegra de su propio triunfo en el hombre. La justicia de Dios se identifica con su misericordia y el resultado es la alegría. La comunidad de creyentes de hoy tiene también en su seno a gentes que, con su vida, muestran la verdad de Jesús. Profetas para nuestro tiempo que nos hacen cantar, como en el Salmo que recitamos hoy, que el Señor es nuestro Dios y salvador y no hay otro. El evangelio es “Buena noticia”; por tanto, motivo de alegría para los creyentes. La alegría cristiana proviene de la comunión con Dios y los hermanos, se manifiesta incluso en medio de las adversidades y nadie la puede quitar al que la tiene. Pablo en la segunda lectura exhorta repetidamente a la alegría porque el Señor está cerca.

Una conversión que se traduzca en frutos de justicia

Juan Bautista predica la conversión primero al pueblo en general y, después, a diferentes grupos o estamentos sociales. No exige a nadie que haga penitencia vistiéndose de saco y cubriéndose la cabeza con ceniza. Juan no pide una conversión hacia el pasado, no pide lamentos y lágrimas sobre el pasado, lo que pide es un cambio hacia el futuro. La penitencia que predica ha de acreditarse por sus frutos y no por sus lamentos. En el rito bautismal, la Iglesia supone siempre esta pregunta en los catecúmenos: “¿Qué debemos hacer?”, y responde diciendo: “Guardar los mandamientos”, sobre todo el mandamiento del amor a Dios y al prójimo. El Bautista predicó la penitencia en un mundo en el que el hombre vivía habitualmente en situaciones extremas y andaba preocupado por el vestir y el comer. En aquella situación, el Bautista exigía nada menos que la reducción del consumo al mínimo vital: una sola túnica y el pan de cada día, en beneficio de los excluidos y los hambrientos. Mientras haya hombres en el mundo que no tengan trabajo y lo necesario para vivir, nuestra sociedad estará condenada ante los ojos de Dios. ¿Cómo es posible que muchos estén tirados en la calle sin un techo para vivir, mientras otros tienen sus viviendas vacías? El amor al prójimo supone que se ha cumplido antes con la justicia. Estaremos convertidos de verdad si somos capaces de compartir con el que no tiene lo mínimo para vivir dignamente.

¿Qué tenemos que hacer?
 
A los publícanos, es decir, a los cobradores de impuestos, Juan les dice que cobren según tarifa justa y que no recurran a artimañas para enriquecerse a costa de los pobres. Evidentemente, en nuestra sociedad los que más cotizan son los pobres. Ellos son los que sufren las consecuencias de la crisis, mientras hay políticos y empresarios corruptos que niegan el salario a los pobres. Por tanto, no se puede hablar de una verdadera conversión cristiana si los cristianos no estamos empeñados en una justicia auténtica. A los soldados, a la fuerza pública, el Bautista exige que se contenten con su paga, que no denuncien falsamente y no utilicen la fuerza en provecho propio. El negocio de los armamentos está pidiendo a gritos una conversión pública. ¿Qué te diría a ti ahora el Bautista en tu situación concreta? Jesús utiliza un lenguaje diferente a Juan el Bautista. No ha venido a condenar a los hombres, sino a salvarlos. Pero también nos pide conversión y cambio de vida para construir entre todos una sociedad más justa.

Padre José Mª Martín, OSA
                   España
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Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.

sábado, 8 de diciembre de 2012

EVANGELIO DEL DOMINGO

IIº DOMINGO DE ADVIENTO





“SEGUROS BAJO LA GLORIA DE DIOS”.

DOMINGO 09 de DICIEMBRE DE 2012

PRIMERA LECTURA.

TOMADA DEL LIBRO DEL
PROFETA BARUC 5, 1-9

Quítate tu ropa de duelo y de aflicción, Jerusalén, vístete para siempre con el esplendor de la gloria de Dios, cúbrete con el manto de la justicia de Dios, coloca sobre tu cabeza la diadema de gloria del Eterno. Porque Dios mostrará tu resplandor a todo lo que existe bajo el cielo. Porque recibirás de Dios para siempre este nombre: “Paz en la justicia” y “Gloria en la piedad”. Levántate, Jerusalén, sube a lo alto y dirige tu mirada hacia el Oriente: mira a tus hijos reunidos desde el oriente al occidente por la palabra del Santo, llenos de gozo, porque Dios se acordó de ellos. Ellos salieron de ti a pie, llevados por enemigos, pero Dios te los devuelve, traídos gloriosamente como en un trono real. Porque Dios dispuso que sean aplanadas las altas montañas y las colinas seculares, y que se rellenen los valles hasta nivelar la tierra, para que Israel camine seguro bajo la gloria de Dios. También los bosques y todas las plantas aromáticas darán sombra a Israel por orden de Dios, porque Dios conducirá a Israel en la alegría, a la luz de su gloria, acompañándolo con su misericordia y su justicia.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
126 (125), 1-6

R.: ¡GRANDES COSAS HIZO
EL SEÑOR POR NOSOTROS!

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía que soñábamos:
nuestra boca se llenó de risas
y nuestros labios, de canciones  R.:

Hasta los mismos paganos decían:
“¡El Señor hizo por ellos grandes cosas!”
 ¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros
y estamos rebosantes de alegría!  R.:

¡Cambia, Señor, nuestra suerte
como los torrentes del Négueb!
Los que siembran entre lágrimas
cosecharán entre canciones   R.:

El sembrador va llorando cuando esparce la semilla,
pero vuelve cantando cuando trae las gavillas  R.:

SEGUNDA LECTURA.

TOMADA DE LA CARTA DEL
APÓSTOL SAN PABLO A LOS
CRISTIANOS DE FILIPOS 1, 4-11
Hermanos:
Siempre y en todas mis oraciones pido con alegría por todos ustedes, pensando en la colaboración que prestaron a la difusión del Evangelio, desde el comienzo hasta ahora. Estoy firmemente convencido de que aquel que comenzó en ustedes la buena obra la irá completando hasta el Día de Cristo Jesús. Y es justo que tenga estos sentimientos hacia todos ustedes, porque los llevo en mi corazón, ya que ustedes, sea cuando estoy prisionero, sea cuando trabajo en la defensa y en la confirmación del Evangelio, participan de la gracia que he recibido. Dios es testigo de que los quiero tiernamente a todos en el corazón de Cristo Jesús. Y en mi oración pido que el amor de ustedes crezca cada vez más en el conocimiento y en la plena comprensión, a fin de que puedan discernir lo que es mejor. Así serán encontrados puros e irreprochables en el Día de Cristo, llenos del fruto de justicia que proviene de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

¡ALELUYA!

Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. Todos los hombre verán la Salvación de Dios
(Lc 3, 4c. 6).

¡ALELUYA!

EVANGELIO.

EVANGELIO DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN LUCAS 3, 1-6

El año decimoquinto del reinado del emperador Tiberio, cuando Poncio Pilato gobernaba la Judea, siendo Herodes tetrarca de Galilea, su hermano Filipo tetrarca de Iturea y Traconítide, y Lisanias tetrarca de Abilene, bajo el pontificado de Anás y Caifás, Dios dirigió su palabra a Juan, hijo de Zacarías, que estaba en el desierto. Este comenzó entonces a recorrer toda la región del río Jordán, anunciando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados, como está escrito en el libro del profeta Isaías: Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. Los valles serán rellenados, las montañas y las colinas serán aplanadas. Serán enderezados los senderos sinuosos y nivelados los caminos desparejos. Entonces, todos los hombres verán la Salvación de Dios.

Palabra de Dios.
¡Gloria y honor a Ti, Señor Jesús!


DIOS NOS LLAMA A LA CONVERSIÓN.

Juan Bautista, un personaje singular. 

El eco de la predicación de Juan Bautista ha llegado hasta nuestros días en este segundo Domingo de Adviento. Juan Bautista es un personaje singular, fiel siempre a su vocación y a su misión con humildad. Ni siquiera “se sentía digno de soltar las correas de las sandalias de Aquel” a quien anunciaba. Pero aún atrae más su sentido espiritual, el mensaje ascético de Juan. Es un mensaje que se hacía durísimo con los poderosos: “No te es lícito vivir con la mujer de tu hermano”; cortante con los fariseos: “Son una raza de víboras”; fuerte con los soldados: “No hagan extorsión a nadie y conténtense con la paga”; suplicante con los publicanos: “No pidan más de lo tasado”. Y todo esto, consciente de que estaba “preparando los caminos del Señor”, “enderezando las sendas”, Nos hace falta Juan en nuestros días. En estas ciudades rebosantes de multitudes, de muchedumbres informes y masificadas, en estas ciudades que, bajo otros aspectos, son verdaderos desiertos, está haciendo falta que aparezca Juan con su mensaje: “Yo soy la voz del que clama en el desierto”.

Necesidad de conversión. 

Juan iba al grano y sin rodeos en su papel de precursor: Hay que cambiar, hay que convertirse. Porque “el hacha está tocando ya la raíz, y todo árbol sin frutos será talado y echado al fuego”. Él nos invita también a ti y a mí, diciéndonos con potente y penetrante voz: “¡Endereza tus pasos! ¡El Señor viene, y ya está a la puerta!". Sí, el Señor que vino hace dos mil años y que vendrá al final de los tiempos, viene también a nosotros en el hoy de nuestra historia y de muchas formas se acerca para tocar suave o fuertemente a la puerta de nuestros corazones. Por tanto: ¡despójate de la impaciencia con que sueles tratar a algunas personas y revístete de la paciencia, tratando a todos con máxima afabilidad! ¡Despójate del egoísmo y apego a los bienes materiales para revestirte de actitudes de generosidad y desprendimiento! ¡Despójate de la insensibilidad frente a las necesidades del prójimo y revístete de la caridad que se hace concreta en actitudes e iniciativas de solidaridad! ¡Despójate de los chismes, de la difamación, de la calumnia, de hablar mal de personas ausentes!

Nuestra tarea es preparar los caminos del Señor: 

“que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale”. ¿Cuál es nuestra colina? Quizá sea nuestro orgullo y nuestra autosuficiencia. El gran pecado del hombre actual es prescindir de Dios y creerse él mismo el todopoderoso. Pero podemos también vivir sin valorarnos, con una falsa humildad y abatimiento. Por eso se nos dice que nos levantemos y reconozcamos los dones que Dios nos ha dado para ponerlos a disposición de los hermanos. A veces nos empeñamos en caminar por caminos tortuosos o escabrosos. Dios quiere que eliminemos los baches y las curvas que nos desvían de la senda verdadera. Prepara los caminos al Señor y le abre la puerta quien con humildad reconoce que necesita del Señor y endereza sus pasos torcidos, quien se convierte de su mala conducta, quien abandona el camino del mal y de la mentira para recorrer el sendero del bien que conduce a la Vida. Prepara los caminos al Señor quien se afana seriamente en quitar todo obstáculo del camino, despojándose de todo lo que retarda o impide su llegada a nuestra morada interior. Prepara los caminos al Señor y le abre la puerta quien se esfuerza en “rellenar los valles y abismos”, quien con sistemático trabajo lucha para se acaben las desigualdades y triunfe de una vez para siempre la justicia.


Padre José Mª Martín, OSA
                   España
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Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.